No hace ni tres meses a Eva Longoria Parker se le llenaba la boca de amor. “Hoy vuelve de un partido y la mejor muestra de amor es recibirle con su plato preferido, sopa de tortilla mexicana bien picante”, decía la actriz en el set de Desperate Housewives. En su muñeca, en números romanos, lleva tatuado el 7 del 7 del 2007, la fecha de su boda con el jugador de baloncesto Tony Parker, de 28 años. Y en la nuca, un nueve recuerda en sus carnes el número de la camiseta del jugador. Longoria, de 35 años, parecía tenerlo todo: solo faltaba ese bebé muchas veces rumoreado. Hasta que esta semana se desató el culebrón con su petición de divorcio del jugador de los San Antonio Spurs con el que se casó hace tres años. “Con gran tristeza, tras siete años juntos, Tony y yo hemos decidido divorciarnos”, fue su comunicado oficial. El anuncio coincidió con la publicación en la revista US Weekly de una exclusiva que bajo el título de Traicionada por Tony hablaba de esa avalancha de mensajes de amor que la actriz encontró en el teléfono de su marido. Cien en un mes. La destinataria era Erin Barry, ex esposa del ex jugador del San Antonio Spurs Brent Barry, también en proceso de divorcio.
Se habla de este escándalo como una versión light del que Tiger Woods protagonizó hace un año. Otra estrella joven y famosa del deporte estadounidense rompiendo un matrimonio aparentemente idílico llevado por el sexo, especialmente el sexting o sexo a golpe de mensaje en Internet. Según Tony Parker, eso fue todo ya que, como indica la página TMZ, el jugador asegura que nunca hubo contacto carnal. No lo dice como disculpa. De hecho, él también ha solicitado el divorcio. “El matrimonio era insoportable por desacuerdo o conflicto de personalidades”, reza su petición presentada en el tribunal de San Antonio. De hecho, él quería haber solicitado el divorcio incluso antes, pero prefirió ser un caballero y dejó que fuera Eva la primera. Al menos esa es la versión que dan los que le conocen. Mientras los compañeros de Longoria, especialmente Marcia Cross y Felicity Huffman, intentan consolar a una actriz con el corazón roto, del lado de Parker aseguran que no fueron estos mensajes sino la distancia la que acabó con el amor eterno del que hablaba la actriz en sus tatuajes, dado el continuo trajín del jugador de ascendencia francesa que conoció a la que fue su esposa precisamente en uno de estos partidos que ahora han podido costarle su matrimonio.
Via: ElPais
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