Al conversar con la prensa después del anuncio de su elección al Salón de la Fama por parte del Comité de Veteranos, el ex ejecutivo Pat Gillick les dio las gracias a los tantos escuchas y demás integrantes de sus varios cuerpos de buscatalentos a través de su larga trayectoria en Grandes Ligas.
Uno de los más importantes, sin dudas, se trata del dominicano Epifanio Guerrero, quien ayudó a Gillick a cosechar un inmenso talento de su país para que los Azulejos de Toronto pasaran de un equipo de expansión a un campeón.
“Trabajamos uno con el otro durante los 20 y pico de años que estuvimos en Toronto”, dijo Gillick, que como gerente general llevó a los Azulejos a dos títulos de Serie Mundial, en 1992 y 1993. “Encontramos algunos maravillosos jugadores.”
Es poco decir. Con nombres como George Bell, Tony “Cabeza” Fernández, Dámaso García, Nelson Liriano, Manuel Lee, Juan Guzmán y Junior Félix, entre otros, el equipo canadiense clasificó cinco veces entre 1985 y 1993, incluyendo las dos coronas al final de esa mini-dinastía.
El minar talento latinoamericano no era nada nuevo para los años 80 y 90. Pero Gillick afirma que ya tenía en mente esa estrategia cuando asumió la gerencia de un equipo expansión en Toronto a mediados de la década de los 70.
“Al principio de los 60 cuando estaba con Houston, reconocimos que había un mercado fuerte en América Latina y cuando fuimos a Toronto, pensamos que la única forma de competir era con el mercado extranjero”, afirmó Gillick, quien además de sus dos títulos con los Azulejos, fue ejecutivo campeón con los Filis en el 2008, justo antes de su retiro. “Sabíamos que no iba a ser fácil atraer a agentes libres a un equipo canadiense, así que tendríamos que desarrollar los jugadores nosotros mismos.
“Eso fue parte de nuestro plan de juego”, continuó Gillick, quien también construyó equipos exitosos en Baltimore y Seattle-incluyendo una temporada de 116 victorias de los Marineros en el 2001. “Queríamos agregar jugadores de América Latina y tratar de desarrollarnos en Estados Unidos al mismo tiempo.”
No todos los peloteros dominicanos firmados por Guerrero y Gillick pudieron gozar de los campeonatos. Pero el nuevo inmortal de Cooperstown reconoce el aporte de ellos en el establecer de Toronto como un equipo contendor en la Liga Americana.
“George Bell, Tony Fernández y Dámaso García fueron jugadores que firmamos que realmente ayudaron a avanzar a nuestro club”, recordó Gillick. “Y no pudimos haberlo hecho sin escuchas como Epy Guerrero.”
OTRO PREMIO PARA LATINOAMÉRICA
Uno de los integrantes del Comité de Veteranos, el Salón de la Fama Tany Pérez, habló del orgullo de que una figura como Gillick, con la ayuda sin dudas de los peloteros latinoamericanos, haya recibido su pase a Cooperstown.
“Me da un placer tremendo que los equipos de Grandes Ligas estén buscando talento en los países latinos desde hace tanto tiempo”, expresó Pérez. “Como Guerrero lo hizo allá en Dominicana, la verdad es que el equipo de Toronto (agarró) muchos jugadores buenos, los trajo para acá y lo ayudaron a ganar campeonatos.”
EL MENTOR DE RUBÉN AMARO JR.
Al retirarse como gerente general campeón después del 2008, Gillick le pasó las riendas de los Filis a Rubén Amaro Jr., quien era su GG asistente. Al saber que su ex jefe fue elegido al Salón, Amaro Jr. se vio bien contento.
“Obviamente un orgullo para nuestra organización y para él mismo como ejecutivo, una persona muy especial”, dijo el actual gerente general de Filadelfia. “Quiero dar las gracias por haber tenido el chance de trabajar con él y por él.
¿Y cuál fue el impacto de Gillick sobre Amaro Jr. en el manejo de un equipo de Grandes Ligas?
“Podría hablar por muchos días de eso”, dijo. “Para mí, tener la experiencia de cómo busca información, cómo trata a la gente con la que está trabajando…varias cosas. Y también para traer una mente diferente, ser inteligente con las decisiones.
“Es muy especial en su estilo. Algún día espero que la gente diga que yo hice las cosas como él.”
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