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Opinión

Los Contratos de Adhesión

Mucho se ha extendido la creencia de que no se pueden hacer negocios lícitos, honestos y con transparencia. Cierto que los políticos todo lo corrompen, sobre todo cuando no hay reacción de oposición y se entiende que el camino más fácil es el dejarse arriar como ganado hacia el basurero, pues no se pueden hacer negocios con el gobierno en contra.
Por eso estamos llenos de empresarios deshonestos, corruptos, aunque aparenten ser grandes e ilustres figuras. En realidad no pasan de ser personas bien vestidas y con dinero.
Es tan difícil creer que para ganarse las grandes fortunas que han podido acumular, donde tienen mucho más de lo que necesitan, tengan que vivir engañando y valiéndose de los más desvalidos para creerse y hacer creer a los demás que son grandes negociantes y personas de mentes preclaras, aunque tengan miedo de competir abiertamente.
La transparencia, la honestidad, la ética y el buen vivir en paz con su conciencia, son lujos que no pueden darse, a riesgo de mostrar su verdadera personalidad.
Este modo de actuar se ha enraizado tanto, que hoy hay que escoger con pinzas los que son distintos. Es como si en vez de sacar los negritos del arroz por malos, estos fueran los buenos.
¿Cómo se entiende que los Poderosos Banqueros, de las mil y una trampas, no quieran entregar los contratos de adhesión a quien tiene el poder legal y constitucional de examinarlos? ¿Quién les ha hecho creer a ellos y sus defensores que la vida de cada ser, físico o moral, está regido sólo por una ley?
Por qué tanto miedo disfrazado de “Principios”. Por qué tercamente se aferran a que un departamento, inoperante y hasta quizás corrupto, pero si indolente de la Superintendencia de Bancos sea su único mandante, cuando Pro Consumidor tiene una amplitud de miras y jerarquía infinitamente mayores, pues trata de proteger a todos los consumidores, a esa sociedad a quienes ellos han venido explotando con intereses abusivos y que además cobran por el monto total del crédito, no por los saldos insolutos, como es y había sido la práctica bancaria decente en tiempos pasados.
¿Acaso piensan ellos que podrán seguir disfrutando de tanto dinero ilegal e injusto que le extraen oligopólicamente a todos los usuarios de tarjetas de créditos y de otros tantos servicios?
¿Es que ellos también han perdido la moderación y los límites?
Un banco es una institución que para existir requiere necesariamente de confianza, mucha confianza que ellos se empeñan en maltratar y publicitar, y cuando esa confianza se pierde, vienen las corridas y aunque este es un país que los hospeda en hoteles de Najayo de 7 estrellas, no siempre será igual, y como dice aquella canción, “aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”
Los banqueros tienen que cumplir con todas las LEYES del país, como cualquier parroquiano, y atenerse a una nueva era de transparencia. La terquedad interesada eventualmente les cobrará altos intereses, quizás también sobre el saldo total.

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