Quienes me conocen saben que a la hora de elegir pareja soy un poco complicado y exigente, me gusta una mujer inteligente, con un sentido del humor rebuscado, ambiciosa, sin pelos en la lengua, bonita y sobre todo trabajadora, alguien a quien en resumidas cuentas no haya explicarle las cosas dos (2) veces o traducirle lo que se acaba de decir en perfecto castellano, que viva en este planeta.

Esa mujer a pesar de que las exigencias no son tan fuera de lo común, contrario a lo que la lógica dicta, no es tan fácil de encontrar, a veces pareciera que la lupa que utilizo para hallarla esta distorsionando y no me deja ver bien, pues siempre que creo haber identificado alguna, por X o por Y suelo tener una decepción o no logro llamar su atención.

Por mucho tiempo pensé que no existía, que tenía que dar un golpe de suerte similar a pegar los 6 números del loto, o ser favorecido por los dioses para tropezarme con una y lograr casi lo imposible, convencerla de que este lindo pimpollo, un poco pasadito de peso, es su príncipe azul.

Bese muchos pero muchos sapos, créanme cuando digo muchos… pero nada, no parecía encontrarla!!!

Fue extraño, un día por casualidad desde la cima del OLIMPO recibí la gracia de los dioses, al menos eso creía yo!!

Era perfecta en todo el sentido de la perfección y por cosas del destino parecía estar interesada, lo cual me hacia dudar con bastante recurrencia de la calidad profesional de su oftalmólogo.

De manera inmediata, contrario a todos los pronósticos comenzamos a salir.

Al poco tiempo noté que no estaba solo, que había competencia, existía un ex novio, menos feo y mas rico que yo, quien se resistía a la idea de perderla en manos de este gordito chulo y divertido.

En aras de eliminar cualquier posibilidad de ser vencido, me dediqué a estudiar al personaje, sobre quien recibí un feed back constante de parte de ella repleto de información.

El no era problema!!! En eso tenia razón.

El hombre cuando se enamora sufre una reacción química extraña en el cerebro. Yo, sin saber mucho de química o biología, materias odiadas en mis días de lasallista, con las cuales gracias a dios no tuve ningún contacto en la universidad y con el perdón de los especialistas, creo que el shock de adrenalina que la sola presencia de esa persona que entendemos especial genera, no nos permite pensar con claridad, nos ponemos torpes, como el pavo real cuando con sus plumas coloridas, en una danza bizarra trata de llamar la atención de la hembra (así de ridículos).

Descontadas mis dudas sobre el personaje en cuestión, sufriendo la embolia cerebral que la reacción química me asestaba, en vez de relajarme y ver crecer la relación, me puse paranoico, recordé todos los defectos y errores que en el pasado me hicieron fracasar y me decidí a eliminarlos, quería ser perfecto.

En este afán de perfección deje de decir malas palabras espontáneas, abrí puertas, no me insinuaba, le cedí la iniciativa, le mostré lo mejor de mi.

Para mi desgracia mientras mas me esforzaba en ser perfecto, menos interés despertaba en ella, al punto de que luego de unas semanas, mis llamadas dejaron de ser respondidas, se la había tragado la tierra.

Abrumado me cuestioné al menos 1,000,000 de veces, tratando de encontrar la respuesta para este nuevo fracaso.

Cuando al fin pude contactarla, pues la sed de información no me permitió desistir, simplemente me dijo con la franqueza que la caracteriza, que yo me había idiotizado, que mi falta de naturalidad no le gustaba, que ese falso yo no era lo que buscaba, …”Me gustaba de ti tu espontaneidad” “Me gustaba de ti lo perro y morboso que te ponías” Me gustaba de ti que eras una persona normal, con cosas buenas y malas” al parecer ese yo perfecto y fabricado no le habia cuadrado.

Pueden ver la ironía??? “LO PERFECTO ES ENEMIGO DE LO BUENO” Quise ser perfecto y al hacerlo deje de lado lo que ya de hecho era considerado bueno.

Gane una amiga y una gran lección de vida.