Nací bajo el régimen de Trujillo en una ciudad “bajeada” por el gobierno, y a la que le desmantelaron todas sus grandes fuentes de trabajo y riqueza. Siendo ya un jovenzuelo se me ocurrió preguntarle a mi señor padre, por qué se había permitido que Trujillo se hiciera fuerte cuando para la época todos estaban armados.
No recuerdo que me haya contestado, pero la respuesta la recibo ahora en mi vejez. Trujillo se entronizó por un golpe de estado y con mucha sangre, entre ella la de mi abuelo, de lo que me vine a enterar ya hombre. Decía un Puertoplateño ilustre, José Ramón López, quela mala alimentación retrasaba el cerebro de las personas, y escribió su teoría que podría quizás resumirse en aquello de que “el mal comido no piensa”.
El domingo me pasé el día recordando la “era del Perínclito de San Cristóbal”. Los mismos efectivos métodos, aunque más sutiles, usan el dinero de todos para comprar ineptos, las mismas amenazas, los mismos desfiles de fuerza que amenaza y muestra poder, esta vez disfrazados de “Show aéreo”. Celebración de los 100 años de una institución que ha sido azote de la población en tiempos pasados, masacradora y bombardeadora de aquellos que vinieron a luchar por la libertad de este pueblo, de los luchadores contra la invasión de “marines” yanquis cuyo nuevo aniversario se cumple el mes que viene, fabricadora de pistas, como la de Quirino, para facilitar el narcotráfico.
Por pura coincidencia el mitin de la reelección lo celebran juntos, así lo hacia el “jefe” y todos firmábamos y desfilábamos en su honor voluntariamente. Mitin en que los chulos de siempre le piden al Presidente que viole su misma constitución, las leyes y todo orden jurídico del país, para que opte por una tercera postulación continua, que sería la cuarta de dicho señor.
Cuando las llamadas fuerzas vivas de la nación, al unísono se oponen y su rechazo en encuesta pasa del 70%. Congresistas que sin honor se arrastran echando a la basura su supuesta representación ciudadana. Cerca de 2.2 millones de firmas obtenidas por ellos y el PLD, como juez y parte, exigidas con promesas y amenazas, que nadie aun las ha contado, que quieren esgrimir como plebiscito para seguir en el poder, enriqueciéndose y con estos y otros actos lesivos, haciendo más pobres a los mismos humildes que firmaron.
La miseria ha sido tan violenta, que ni pueden pensar que al firmar siguen afilando cuchillos contra su garganta. Desgraciadamente en este país la historia se repite como si fuera un libreto en que hasta las comas cuentan, en donde se lee que está sujeto a terremotos fuertes, a ciclones violentos, a dictadores insaciables y a 30 de mayo.
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