Miriam Jordan / WSJ
Trinidad de León tiene 93 años. Luego de décadas trabajando en los soleados campos de coliflores y fresas en California, su piel se volvió como cuero, ya no escucha tan bien y su cuerpo se redujo un poco. Sin embargo, según su hija, es más fuerte que sus ocho hijos juntos.
“Hace dos caminatas por día” en su barrio de Oceanside, California, agrega su hija de 57 años, María de León. “Solo”.
La razón por la que hispanos como de León —muchos de ellos pobres, sin mucha educación formal y sin seguro médico— viven largas vidas y llegan a la vejez fuertes es algo que desde hace mucho confunde a los profesionales de la salud, académicos y otros expertos. La semana pasada, los primeros datos sobre la expectativa de vida de los hispanos en Estados Unidos mostraron que viven en promedio 2,5 años más que los blancos no hispanos y casi ocho años más que los negros.
La expectativa de vida para los hispanos es de casi 81 años, comparada con 78 para los blancos y un poco menos de 73 para los negros. En conjunto, los habitantes de EE.UU. pueden esperar vivir 77,7 años, según el informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
“Los hallazgos pueden implicar que la población hispana es en general más saludable” que la negra y la blanca a pesar de su bajo estatus socioeconómico, explica Elizabeth Arias, principal autora del informe.
Algunos expertos advierten, sin embargo, que a medida que la inmigración se desacelera y la asimilación se incrementa, la ventaja de los hispanos podría no durar para siempre.
Aunque no hay ninguna explicación concluyente para la longevidad de los latinos, posibles razones tienen que ver con la migración, la cultura y el estilo de vida.
Una teoría sostiene que los inmigrantes son un grupo autoseleccionado de personas vigorosas, que están preparadas física y mentalmente para viajar a una nueva tierra y por lo tanto tienden a ser más sanos que sus familias en sus países de origen. De hecho, los latinos de EE.UU. viven cuatro años más que los mexicanos y dos más que los cubanos en sus respectivos países, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. Alrededor de dos tercios de todos los latinos en EE.UU. son de origen mexicano.
Los hispanos son ahora la minoría más grande en EE.UU. y el grupo de crecimiento más rápido. Representan 15% de la población de EE.UU. y alrededor de 40% de ellos son inmigrantes.
Otra teoría explica que los hispanos en EE.UU. viven más que los blancos y los negros porque es más probable que coman dietas saludables, hagan ejercicio y pertenezcan a redes sociales que los apoyan.
“Muchos hispanos son pobres y no están bien educados, pero normalmente comen comida casera y hacen trabajos físicos”, explica el doctor J. Mario Molina, presidente ejecutivo de Molina Healthcare Inc., de Long Beach, California, que atiende mayoritariamente a pacientes de bajos ingresos.
De León, que vino a EE.UU. con 35 años sin educación formal, subsistió, según su hija, en base a frijoles, maíz y “un poco” de carne durante la mayor parte de su vida. Recoger frutas y vegetales, aunque era arduo, lo ayudó a mantenerse en forma.
El término “paradoja epidemiológica hispana” fue acuñado en 1986 por Kyriakos Markides, un profesor de la faculta de medicina de la Universidad de Texas en Galveston, luego de que encontrara bajas tasas de mortalidad y buenos niveles de salud en los hispanos del sudoeste de EE.UU. Entonces, “parecía paradójico que una población tan desfavorecida pudiera vivir por tanto tiempo y estar relativamente saludable”, explicó.
A comienzos de esta década, estudios hechos en California por David Hayes-Bautista, un profesor en el Centro para el Estudio de la Salud y Cultura Latina de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Angeles, encontró patrones similares.
“Por primera vez tenemos estimaciones nacionales aceptables que respaldan lo que sospechamos por mucho tiempo”, dice el profesor Markides en referencia a los informes del CDC. “Los hispanos pueden vivir mucho tiempo”, aseguró.
Pero el fenómeno quizás no tenga la capacidad de durar. Las ventajas en materia de salud de los latinos por sobre los blancos y los negros en EE.UU. podrían disminuir o desaparecer totalmente a medida que declina la inmigración y las sucesivas generaciones de hispanos se asimilan más y más.
Las investigaciones muestran que los hispanos nacidos en EE.UU. tienen peores resultados en cuanto a su salud que los latinos que nacieron fuera del país, incluyendo una mayor frecuencia de diabetes y obesidad. También es más probable que fumen, beban y utilicen drogas ilegales. El embarazo adolescente es más común entre las latinas nacidas en EE.UU. que entre las inmigrantes.
“A medida que la gente se acultura, adopta el estilo de vida estadounidense: se vuelve más sedentaria y come comida rápida”, explica Molina. “La gente se ve más estadounidense cuanto más tiempo su familia ha pasado aquí”, agrega.
La esposa de de León, que murió hace cuatro años, vivió hasta los 87 años. Varios de sus ocho hijos tienen diabetes, dice su hija María. Sus nietos disfrutan la comida mexicana, igual que su abuelo.
“Pero aman las hamburguesas y comen comida precocinada”, admite María.
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