Los Rangers de Texas regresaron a su casa club, donde los únicos trofeos que tienen para ostentar son de cacería: las cabezas de dos venados colocadas en un muro, por cortesía de Josh Hamilton.
Pero ahora tienen ventaja de 3-1 en la serie de campeonato de la Liga Americana. Si ganan uno de dos duelos en casa, tendrán por fin un título, el de campeones del Viejo Circuito, y avanzarán a la Serie Mundial por primera vez en su historia.
La primera de las dos oportunidades será esta noche, en el sexto encuentro de la serie. Pero sus rivales son los Yanquis de Nueva York, campeones vigentes de la Serie Mundial, que nunca pueden ser menospreciados.
“Evidentemente, queremos terminar lo que comenzamos en el quinto juego. Además, hay una motivación, la de ganar la serie frente a nuestros aficionados, que se lo merecen”, dijo el jardinero David Murphy, quien ha anotado seis carreras, la mayor cantidad en la serie. “Definitivamente así será más divertido”.
Texas amarró como visitante su primer título de la División Oeste de la Americana en 11 años, jugando en Oakland cuando restaba una semana de la campaña regular. En la primera ronda de los playoffs, los Rangers tomaron la ventaja por 2-0, antes de perder los dos siguientes enfrentamientos en casa.
En el quinto partido, Texas resolvió la serie y festejó en el parque de Tampa Bay.
Los Rangers se perdieron su primera oportunidad de terminar la serie de campeonato el miércoles, cuando los Yanquis tomaron la ventaja desde el comienzo y se impusieron por 7-2, para hacer necesario el viaje de regreso a Arlington. Los Rangers tienen una ventaja de 3-2.
Pese a la importancia de lo que están a punto de conseguir, y con un equipo de más de 200 millones de dólares, concebido para conquistar el título, Michael Young insiste en que nada ha cambiado en los Rangers. El jugador que más tiempo lleva con la franquicia dice que sus compañeros están tan relajados y confiados como en el comienzo de la temporada.
“Este equipo hace el mejor trabajo que yo haya visto para relajarse y mantenerse competitivo”, dijo Young el jueves. “El viernes jugaremos, la música sonará, estaremos relajados y listos para pelear”.
También buscarán dar pelea los Yanquis, que han ganado 27 títulos de la Serie Mundial y 40 gallardetes de la Americana. Sin embargo, quizás no estén tan tranquilos: No han remontado una desventaja de 3-1 en postemporada desde 1958.
“Trataremos de ganar un juego; es todo lo que podemos hacer. Tenemos mucha confianza en nosotros mismos, tanta como la que hay en los Rangers”, dijo el capitán Derek Jeter. “Hay que tomar cada partido como si fuera el quinto o el séptimo de la serie, de modo que no cambia nada el encontrarnos en esta situación”.
Los Yanquis ganaron el primer encuentro de la serie de campeonato, en el Rangers Ballpark, al reponerse de una desventaja de 5-0 para llevarse la victoria por 6-5, el viernes pasado. Texas respondió ganando los siguientes tres compromisos –cosechó su primera victoria en casa en los playoffs, antes de ganar dos veces seguidas en el Yankee Stadium–.
Ahora, las hostilidades regresan al Rangers Ballpark, donde medio centenar de banderas con la estrella solitaria ondearán detrás del jardín central, y más de 50.000 espectadores se congregarán bajo las luces del estadio, que normalmente sólo se encendían en Texas para los partidos de fútbol estadounidense de las secundarias.
“Estos aficionados van a estar muy emocionados. Habrá un ambiente como de fútbol americano, particularmente ahora que los Cowboys (de Dallas) no están muy bien”, dijo el jardinero de los Rangers, Jeff Francoeur. “En cierto modo estamos reemplazando a los Cowboys, de modo que habrá un ambientazo y los aficionados estarán con nosotros”.
El duelo representará la revancha del que libró el derecho de los Rangers, Colby Lewis, contra Phil Hughes, quien permitió 10 imparables (incluidos siete extrabases) y siete carreras en cuatro episodios del segundo compromiso. Hughes había permitido sólo tres hits en 15 innings y un tercio durante sus tres partidos previos en Texas.
“Tenemos toda la confianza en Phil. Ha hecho un trabajo tremendo y sé que está ansioso de tener la oportunidad de volver aquí”, dijo Nick Swisher. “Definitivamente, él tiene la oportunidad de reivindicarse, y nosotros lo apoyaremos”.
Lewis tiene también una gran oportunidad, la de lograr la victoria más importante en la historia de los Rangers, su equipo original, que lo contrataron de nuevo en el invierno pasado.
Reclutado por Texas en 1999, la última temporada en la que el equipo había llegado a los playoffs, Lewis ganó 10 encuentros como novato en el 2003, pero se rompió el manguillo rotador del codo en la temporada siguiente. El derecho se perdió toda la campaña del 2006 para recuperarse de una cirugía y luego pasó algún tiempo en Detroit y Oakland, antes de emigrar a Japón en las últimas dos campañas.
“Me siento muy bien”, dijo Lewis. “Si hace dos años, cuando yo pensaba que mi carrera acabaría en Japón, alguien me hubiera dicho que estaría en esta situación, yo hubiera respondido que ese alguien estaba loco. Me siento muy agradecido por esto”.
Via: MLB
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